...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

martes, 26 de julio de 2011

Esos programas de finales de los 80

A veces, en esos momentos de pensar en unionista, casi con el calzón negro y la camiseta blanca puestos, hurgo en algunas de las cajas llenas de papeles y recortes, que conservo viejos, buscando algún capítulo que traer al blog, o simplemente trasladar mi pensamiento a otros tiempos del pasado blanquinegro.

Hace unos días encontré los viejos programas de finales de los 80 que repartían a la entrada del estadio, algunos que aún conservaba, y sentado en casa ojeé, aquello mismo que minutos antes de ver a mi Unión frente a algún segunda división del momento, leí en aquel tiempo en la grada del Helmántico; y fue curioso, porque imaginé que volvía a la fila nueve de Preferencia, sobre el banquillo visitante, como lo hicimos entre 1988 y 1993 cada domingo, cuando mi padre y yo, fuimos socios de aquella localidad de piedra gris y escaleras azules a nuestra izquierda, después del ascenso a 2ªA del 88 y que ocupé por última vez en la promoción del 93, en el partido frente a Las Palmas…Después, Fondo Norte y el actual Fondo Sur fueron nuestra grada como socios.

Cerré los ojos sentado frente al ordenador con el tacto de aquel programa entre mis manos, y me sentí a mi, como si fuera ayer…como tantas tardes, llegando pronto al Helmántico, a mi fila nueve, como me gustaba, cuando todavía no había nadie en las localidades cercanas, y sacando las almohadillas hinchables de aquella bolsa de Anamont, que por vieja ya pedía un cambio.
Y cojí aire, y respiré, y dejé fluir los recuerdos de mi adolescencia unionista, de esos marcados profundos, en el mismo corazón que hoy tantos años después sigue amando los mismos colores de entonces.




Y así, como si fuera hoy, las imágenes, claras, surgieron y del mismo modo volví a escuchar el ayer, en forma de Juan Luis Guerra y aquel “…quisiera ser un pez…” y a Mecano con aquella interminable “…bailando salsa…”, que amenizaban eternamente el calentamiento aquellos años, y me siguió oliendo a césped húmedo y a faria…y recordé…aquella puerta 6 de Preferencia y los autobuses de Rubio en la Avenida de Mirat, y su madre cobrando a pie de escalera y el carrusel sonando fuerte de fondo, y el agujero del carnet, que nos hacía el portero con la boina roja y su pin de la Unión engarzado, y las pipas de la bolsa verde que vendían en el bar y su sabor salado, y el mismo programa que hoy aprieto y que nos daban a la entrada, y el sol de cara, sentados, y la gorra blanca del Adelanto que nos poníamos, y la pelliza de mi padre en invierno y mi plumas verde, y las goteras si llovía de aquel estadio envejecido, y el marcador nuevo de Fondo Norte y su publicidad del Banco de Castilla, y aquel “…Florida Show el cabaret de Salamanca…”, y el páter subiendo las escaleras hacia su localidad cercana a la nuestra, y a Pepe Halcón y a Gabino en el césped, junto a aquel túnel de cristal velado que se extendía en defensa de los almohadillazos, y a Ramos Marcos también tertuliando cerca, en corros previos al partido, y “…En Salamanca y provincia frío industrial Micar…”,  y el adidas tango azteca, que tocamos alguna vez a despeje de Balta, y las verjas verdes, y aquel redundante “…hay Fanta naranja, limón, hay cerveza…” y el cubo azul subiendo y bajando eternamente las escaleras de aquella soleada grada gris, y los Dangerous Boys y sus bengalas, y la salida del equipo al campo en fila, allí a mis pies, corriendo y con el capitán al frente, segundos después de la salida del equipo visitante, silbado, como toda la vida fue, y el himno de siempre en los altavoces, y pensé también en los que decían que eran unionistas entonces y hoy no van, y en los que sí lo son pero ya no están con nosotros, y que siguen el fútbol desde arriba, desde otra Preferencia, una desde la que siempre ven ganar a la Unión y Cabrera y Orejuela marcan todos los domingos, y pensé en la peña Esterra allá en Acreditaciones, y en los últimos minutos de tantos partidos y el salir antes en busca del autobús y perdernos goles de vez en cuando, y “…Maldonado Ocampo 4 y Gran Vía 65 entreplanta…” y tantos ¡uy! y goles, y tantos saltos y abrazos con mi programa de finales de los ochenta en el bolsillo del abrigo…

Pero las imágenes cesaron y abrí los ojos, y vi que es aquí y no allí donde estaba; y ahora, muchos años después de aquellos tiempos, de vez en cuando, sigo queriendo rescatar, de mis cajas viejas pequeños retazos como hoy en forma de viejo folletín informativo, que misteriosamente me trasladan a aquel, olor, color y sabor de lo que fueron cinco temporadas, allí, en la fila nueve de aquella grada gris, también vieja, de la Preferencia del Helmántico.



3 comentarios:

  1. Lo del Florida Show era un auténtico clásico por entonces. Que recuerdos...

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  2. Emocionante, yo también me sentaba entonces en preferencia, cerca de donde tu dices, justo encima de los vestuarios (menos cuanco llovía). El fútbol bueno de verdad implica olor a cesped, faria y un pase de Barbará o de Taira, lo demás, moderneces sin sentido.
    Gran Blog.
    Saludos Unionistas.

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  3. Lo de perderme goles por salir a pillar el bus era algo tremendo, que recuerdos!! por cierto cada vez escribes mejor, me gusta mucho cuando te dejas llevar... Saludos my friend! PD: este años soy el 1005 pero siempre estará el Javi con un número menos... y que así sea por mucho tiempo!!!

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