...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

domingo, 26 de junio de 2011

Lo siento Quique, no me pude despedir…

Se acerca el treinta de Junio y Quique Martín dejará la disciplina de la Unión por la puerta de atrás como tantos otros a lo largo de la historia, diferentes épocas, diferentes directivas, diferentes responsables, pero gestos semejantes…En más o menos tiempo, habrá una placa, un saque de honor, pero no me sirve, no es suficiente…
Los homenajes sinceros son los de los aficionados, los nuestros, los de las gradas que le alentaron, los que de verdad perduran y el que Quique no tendrá…
Duele pensar que los veinte minutos que Quique Martín jugó en el horrible partido del Carlos Belmonte esta temporada, sean sus veinte últimos minutos con la camiseta blanquinegra (roja en aquel partido) y yo allí, en la grada manchega, y sin saberlo.

Dicen que las personas buscamos mitos en los vivos, para marcar referentes, para agrandar sentimientos hacia algo o alguien…Quique Martín fue el mío durante todos estos años.
Inicialmente discutido, silbado en su debut (99-00), en aquella temporada increíble en la que tiramos el ascenso por el camino (¡Todavía no me lo creo!), fue convirtiéndose por su calidad y referencia, en ese jugador que cada domingo observaba, esperando esos gestos, detalles, goles, que marcaban la diferencia, en una categoría, la 2ªA, que no le correspondía.

En todos estos años de mi vida unionista, él fue el único jugador que consiguió que quisiera tener su nombre grabado en mi camiseta, a mi espalda; ese once que he lucido por tantos lugares de España, y que nació fruto del compromiso de Quique al no marcharse al Racing en la Navidad del 2000, rechazando con un “-quiero subir con la Unión aquella suculenta oferta de primera; y cumpliendo mi promesa de aquel: “-si no se va, me grabo la camiseta”; para sentirme hoy orgulloso de cumplir aquello, porque pasarán los años y Quique seguirá en mi espalda como símbolo del unionismo que vio nacer al siglo XXI.

Imagen de Quique Martín el día de la presentación de la temporada 99-00,
temporada de su debut con la camiseta unionista. IMAGEN: Tribuna de Salamanca.

En todas las etapas de idas y venidas del avilesino, muchos recuerdos y muchos partidos…tantos en casa y algunos fuera, pasajes fugaces que vuelven hoy a mi memoria, en forma de perlas de nostalgia…como aquel de Elche en la primera jornada de la 2000-01, la del debut de Juan Señor y sus pantalones rojos, la del debut de Makukula en el Martínez Valero y la expulsión de Quique y el quedarnos con nueve, y pasarlo regular entre un ambiente crispado en la grada ilicitana; Javi, Pablo y yo con nuestras camisetas; o aquel en Getafe en el que Quique se echó el equipo a las espaldas y remontamos, con aquel gol sin ángulo desde banda derecha; con su zurda , con su guante, a pie cambiado, en aquel domingo en el que el “no me rendiré” de brigadas sonó toda la segunda parte sin cesar hasta la victoria que se logró en dos minutos mágicos…o aquella noche en el Nou Estadi de Valencia, frente a un Levante líder, aquel de Mijatovic y Don Jorge en el banquillo dando instrucciones, y el golazo de Quique por la escuadra de libre directo, y la victoria, y el abrazo virtual con él de los veinte charros que estábamos en la grada, y yo con mi camiseta y su nombre, y el once a la espalda.

El retorno de Quique en segunda B reafirmó el mito, “mi mito” y en muchas ocasiones, ese “somos Quique y diez más” alimentó nuestras tertulias; porque sinceramente eso fue verdad muchas veces; él mantuvo vivo al equipo en muchos tramos de las diferentes temporadas, con su calidad, con su control de primera con la zurda, con su juego en más zonas del campo que en su origen, como decía un amigo “un jugador de primera que jugó demasiados años en segunda”…

Pero después de casi 300 partidos de liga con la blanquinegra y muchos de ellos con el brazalete de capitán; te digo: “-Quique, nos faltó un partido”, el de tu despedida en el césped, con el blanco y el negro de las bufandas al viento, tras un pitido final que nos han robado, con tu nombre en nuestras gargantas como tantas tardes, y tus brazos al aire desde el circulo central de ese campo, nuestro campo, que te pertenece, y la ovación eterna de aquellos que no querríamos que te retiraras nunca… pero ese día no existirá, no habrá despedida vestido de corto.
Así que mi despedida modesta, necesaria y justa son estas palabras que hoy escribo en el blog para agradecerte todos estos años de unionismo…

Dando gracias a ese Quique que con su vuelo levantó una época gris de la UDS, que fue diferente gracias a su figura; gracias a ese Quique que me consideró su amigo, sin conocerme, en su libro biográfico que me regaló mi madre dedicado; gracias a ese Quique que sirvió en el campo a una camiseta a la que sólo le faltó un ascenso a 1ª que merecía y gracias al fin y al cabo, por hacernos enamorar de tu zurda, que tantas tardes abrillantamos desde el sentimiento hacia el que marcó la diferencia, de la misma manera que hizo Rogerio aquel día de 1999 en el que ganamos al Sporting en el Helmántico.


Celebración del primer gol de Quique Martín en el UDS-Sporting (3-2) de la temporada 99-00.
César, Taira, Rogerio y Fran Cainzos rodean al avilesino. IMAGEN: MORGAN. La Gaceta.

Pero de igual modo que ese tren, que pasa de largo de una estación con viajeros en el andén, la Unión sigue, y nos quedamos sin mitos en el campo, en la plantilla… he pensado siempre que son necesarios, porque unen césped y grada, presente y pasado; pero desgraciadamente los símbolos no se buscan, surgen, aparecen en la historia, en el devenir de los partidos y las temporadas, a veces sin esperarlos, para en su ausencia, como ahora, quedarse grabados en los renglones de la historia para siempre, y ponerles entonces un Don delante…como a usted a partir de ahora, Don Enrique.
Nosotros, de momento hoy, huérfanos de símbolos, y en 2ªB, tendremos que esperar al siguiente…

Gracias Quique, por todos estos años de fútbol.

viernes, 10 de junio de 2011

Con la humildad por bandera

Una vez sumidos en el pozo de la segunda B y despertando poco a poco de la pesadilla que esto supone, toca hacer borrón y cuenta nueva… para un equipo histórico como es la Unión, con el único objetivo de recuperar la categoría perdida en el menor tiempo posible, deben ser el trabajo y la humildad las que sirvan de motor a nuestra camiseta, que deberá medirse de igual a igual a equipos pequeños, en campos pequeños y a algún que otro histórico, venido a menos, en una liga que todos empezaremos con cero puntos.

Los mejores ejemplos los sigue dando la historia, cuanto más crecidos caímos a 2ªB, cuanto más grandes, invencibles y superiores nos creímos; peor se dieron las cosas, la decepcionante temporada 85-86 y más cercana aquella 91-92, (con una plantilla que se confeccionó para jugar en 2ª, en un verano en el que nuestro abortado retorno a 2ªA, remodelación incluida, se decidió en los despachos), son buenos ejemplos de ello.

Pero hubo otros tiempos, hubo otros grupos, hubo otros años, en los que con humildad y trabajo lo conseguimos…
Esta reflexión sincera, surgió revisando hemerotecas, cuando di con una peculiar entrevista a cerca de la Unión.
Fue en el Heraldo de Madrid y data del viernes 10 de Enero de 1936, Don Cristino Lorenzo Martínez es su protagonista…


Página de deportes del Heraldo de Madrid - 10 de Enero de 1936

Ha llovido mucho, quizá demasiado desde entonces, pero la Unión es la misma, con su camiseta blanca y el peso de una ciudad a sus espaldas, y destaca, en la entrevista, el paralelismo del hoy, con el ayer lejano, de aquello que debe querer ser un club, para, en este caso, volver a ser grande.

La temporada 35-36 fue la de la culminación de una línea ascendente del club desde 1932, cuando el equipo aún no habiendo cumplido la mayoría de edad se asentaba en la categoría regional Castellana de nuestro fútbol.
Pero para la temporada 1935-36 el club buscó algo más…y con el debut en la presidencia de D.Luis Maeso Elorrio y la secretaría de D.Germán Herrero, se requirió la colaboración de D.Cristino Lorenzo Martínez para confeccionar, en la figura del secretario técnico, las líneas maestras de un equipo humilde, que pudiera pelear en lo más alto de la categoría.
Cristino Lorenzo, hombre de fútbol y directivo eminente del futbol madrileño de la época (Racing de Madrid) y en varias etapas de la Federación Española de Fútbol, fue parte esencial del proyecto.


Directiva de la UDSalamanca en 1936, con D.Luis Maeso, D.Germán Herrero y D.Cristino Lorenzo como figuras más representativas.

En la entrevista se hace referencia inicialmente a las palabras que Cristino Lorenzo mantenía con el mismo periodista (Carlos Rodríguez), a cerca de su fichaje por la UD. Salamanca, meses antes de la publicación de la misma: Palabras dichas en 1936!... “...Ya sabes lo que es esta sociedad salmantina: un Club modestísimo, integrado por personas de buena fe, con ganas de tener un buen equipo para la ciudad, con un entusiasmo extraordinario; pero sin medios para lograr sus propósitos...”

El resto de la entrevista se sitúa justo antes de la última jornada de la liga regular, cuando la UD.Salamanca ya era campeón del grupo Castellano de categoría regional y esperaba rival para competir en la promoción por una plaza en segunda división, por primera vez en su historia, una plaza entre los grandes.

El periodista pregunta: “Pero cuéntanos Cristino, ¿qué has hecho en el Salamanca para colocarlo en tan magnífica situación?”…respondiendo: “Yo!... nada. Llevé a algunos jugadores y procuré en todo momento tratar a los muchachos con cordialidad, haciéndoles ver lo que el Club era y a lo que podían llegar. Los jugadores han respondido como todos deseábamos, y eso es todo”
Vuelve a preguntar el periodista: “¿Qué clase de jugadores tenéis?... respondiendo: ”Algunos profesionales; profesionales baratos; naturalmente, son todos personas razonables y los demás amateurs, que juegan con verdadero cariño al Club, a nosotros y al fútbol”.
En la siguiente pregunta Cristino Lorenzo hace un maravilloso repaso de las actividades a las que se dedicaban nuestros unionistas, en un tiempo donde el fútbol semiprofesional o amateur abundaba, lejano de nuestros tiempos donde los privilegios económicos en determinados niveles futbolísticos sonrojarían a cualquier contemporáneo del 36...
Cristino enumera: “...Solás que es propietario de dos carbonerías y trabaja en ellas, Pepín que trabaja en los talleres ferroviarios del Norte; Pedrín que es lapidario; Perete que es empleado de banca; Sánchez que trabaja en una sociedad; Lolín que estudia y se va a examinar para policía”...   ”...Gil Cacho que es estudiante, Manolillo que es maestro nacional; Jimeno que es estudiante de medicina...”... verdaderamente entrañable...

Un modesto club de fútbol en crecimiento, en el que sus jugadores, de fin de semana en fin de semana, peleaban desde su modestia laboral para poner a Salamanca en el firmamento futbolístico de la época.


Imagen extraída de La Voz de Madrid - 8/1/1936

La temporada, semanas después de la entrevista, concluyó, y el Santoña fue nuestro rival en la promoción de ascenso a 2ª al que vapuleamos (8-0), en la vuelta en El Calvario.
Los Joven, Solás, Pepín, Lolín, Jimeno, Pedrín, Muñiz, Gil Cacho, Sánchez, Perete, Leal, Carneiro, Manolo y Méndez, nos metieron desde la humildad en la élite por primera vez...
Lástima que un 18 de Julio, todo se parara durante 3 años, el estallido de la guerra civil, no permitió que muchos de estos hombres; jugadores, cuerpo técnico y directivos, continuaran su proeza en segunda. (Sólo Joven, Pepín, Jimeno y Perete, continuaron en la 39-40 tras la contienda).
Algunos como Pedrín, fueron relevantes milicianos, apareciendo en las crónicas periodísticas de la época, formando parte con otros atletas del momento, del Batallón Deportivo, que defendió Madrid de las primeras incursiones nacionales en el 36, en aquellos grupos milicianos populares, de los llamados “gremiales”, a los que les unía su profesión.


Titulares de prensa y cartel del Batallón Deportivo (del que formó parte Pedrín), en el primer año de la guerra civil española

De izquierda a derecha, Pedrín, Pepín y Perete con la camiseta unionista en 1936.

Una temporada 35-36, de contrastes, pero que gracias a estos retazos, en forma de entrevista, conocemos...y entendemos, cómo desde la modestia y humildad de un trabajo en equipo y con poco dinero...se puede alcanzar la cima en forma de segunda división, y posar allí la bandera de la humildad, incluso en tiempos de guerra.

Tomemos nota para esta temporada.


Once de la temporada 1935-36: De pie de izquierda a derecha: Muñiz, Sánchez, Leal, Lolín, Solás, Pepín, Joven y Pedrín. Agachados de izquierda a derecha: Jimeno, Perete y Manolo.



Escrito antes del inicio de la temporada 2011-12 en la que
volvimos a 2ªB tras varios años en 2ª división.