...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

viernes, 18 de octubre de 2019

Los goles que no nos dimos

No existe peor pérdida que aquella con la que no contabas, incluso pudiendo contemplar esa desgraciada posibilidad desde hacía tiempo, es imposible evitar, llegado el día, ese derrote al alma profundo que es el saber que por desgracia, por las circunstancias de aquel día, se fue y no pudiste despedirte de ella.
Que no hubo un beso final, que no pudiste mirarla, tocarla mientras se marchaba; porque estabas lejos, porque ni remotamente imaginabas que pudiera haber sido como y cuando fue; porque podía haberse esperado una semana más... porque ya habíamos quedado.

Siempre entendí, y así lo escribí hace tiempo, que el gol es el beso del fútbol y que cuando te marchaste, por mi lejanía, llevábamos tiempo sin darnos uno juntos y el último, aquel infausto día, ni siquiera lo recordaba.

Sonrío cuando recuerdo estando allí contigo, aquellas rachas sin goles, la del 89, la del 95, y lo que "sufríamos", y lo largos que se hacían aquellos más de dos meses sin ellos en aquel entonces... hoy aquello no es más que un mal chiste, cuando pienso que hace ya más de seis años que me dejaste y ya son más de seis años sin ellos.
Maldigo en ocasiones no haber disfrutado aún más aquellos tiempos y quizá erré, pues no sabía cuando me alejé de ti, que el cambio por prosperidad lejos, me impediría disfrutar de envejecer contigo; aunque ya ves, tampoco hubiéramos podido. 

"Daría una mano" - decía El Diego en 2006 - "por volver a estar ahí abajo jugando un mundial"... 
¿Qué daría yo por volver donde nos quedamos?... Por un último beso o más, y su clamor al tocar el balón las redes...
Revivo muchas veces en mi memoria sensaciones y recuerdos de los más de 700 goles que nos dimos juntos desde el 83 y a veces me conformo; aunque también he de decirte que me ilusiona tristemente, así soy, lo sabes, el saber que hubo muchos más de 2000 que no nos dimos, pero que están ahí, muchos son de papel, en tonos grises, sólo sé que tengo que seguir buscando, para besarte así, para encontrarte en ellos...


Foto: Salvador

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