No es demasiado difícil, incluso podría para algunos ser bastante sencillo responder enumerando de carrerilla a los trece jugadores que en Junio de 1995, consiguieron la proeza de remontar un 0-2 en contra y ascender a los altares del fútbol aquella noche contra pronóstico en un Carlos Belmonte de primera…
“Olabe, Sito, Torrecilla, Balta, Josema, Medina, Díaz, Vellisca, Quiroga, Barbará, Quico, Carlos y Urzaiz…”
Pero pasados los años y viendo lejos aquel histórico momento, sinceramente creo que la respuesta debe ser más amplia… pues no sólo los trece hombres enumerados deben ser considerados los héroes.
Tras la decepción del 0-2 en la ida, no hubo desplazamiento masivo a Albacete; está claro que fue sencillo desplazar 10.000 aficionados a Burgos en el 82 o a Vitoria en el 97, con “casi” todo conseguido antes de aquella decisiva jornada, pero ¿ quién apoyó a la Unión aquella noche en el Belmonte?...¿quiénes fueron aquellos héroes anónimos que, sí, confiaron?
La Gaceta Regional del día después de la proeza, comentaba en su crónica: “…Por parte de Avalancha Charra fueron 20 personas, Santa Bárbara y Brigadas Charras desplazaron a 60 cada una que, junto a los 19 de la Peña Lito completaban la expedición de 150 personas que viajaron en autocares desde Salamanca; la representación salmantina en el Carlos Belmonte se completaba con algunos coches particulares que prefirieron ir por su cuenta. En total algo más de 200 charros que llevaron a su equipo en volandas durante todo el encuentro…”
A toro pasado, siento envidia sana de aquellos 200 charros… y rescato, hoy, para su reconocimiento, imágenes de papeles añejos, de prensa histórica, de aquellos héroes que no saltaron al campo pero que confiaron y viajaron con la esperanza, aunque difícil, de que en aquel Junio del 95 podíamos volver a ser de primera.
FOTOS: Morgan, EFE.
Para mí la hazaña más grande de la que he disfrutado, la mayor alegría y el mejor regalo que el fútbol me ha dado... por su puesto que recuerdo la alineación, a Lillo, a Sito poniendo esa falta que Urzáiz, en el último segundo del partido, remata de espaldas ante la salida de un jovencísimo Molina y que significaba el empate de la eliminatoria, pero sobretodo recuerdo mi casa, a mi saltando como un loco en el sofá de mi casa (la de mis padres) y mi padre loco, y mi hermano loco y mi madre riendo... ufff, sólo Iniesta ha conseguido que sintiera algo parecido en mi vida con el fútbol. Salud y abrazos compañero. Y por supuesto, de nuevo mil gracias por hacernos sentir.
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