...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

sábado, 10 de diciembre de 2011

La soledad del hielo

Ser socio de la Unión siempre ha sido terreno reservado a sufridores, más si cabe en una categoría como 2ªB, más si cabe en una temporada para olvidar como esta, más si cabe, siempre que sobrepasamos el 10 de Diciembre y el invierno salmantino empieza a asomarse, cercano, con su habitual crudeza de cada año.

No hay mejor señal para saber que el invierno y sus heladas han hecho acto de presencia en la capital salmantina, que empezar a ver aparecer la escarcha cada domingo posada sobre el césped del fondo sur del Helmántico, nada más asomar con curiosidad la cabeza por el vomitorio de acceso, al entrar al estadio.
Escarcha que aparece y no se va, en semanas de nieve y hielo, y que ni el buen hacer de los jardineros charros consiguen mitigar del todo.

Todavía recuerdo aquellas tardes de invierno en el estadio Helmántico, tardes de doble calcetín, de manta y botas, de frotar y soplar de manos, aquellas en las que el sol asomaba débil por encima de la chapa del techado de tribuna y que desde aquella preferencia, añorábamos localidades de pie, por aquello de saltar para calentarnos…

Tardes de victorias, empates y derrotas, frías, heladas, en las que los pies no entraban en calor ni al volver con la calefacción del coche al cuatro y que sólo mejoraban al llegar a casa, con el olor a la cena de fondo, muchos minutos más tarde del final del encuentro.

En aquella primera división de los 70, los grandes no tardaron en darse cuenta de la idiosincrasia del clima salmantino; el todopoderoso Real Madrid de la época, con los Sol, Amancio, Del Bosque, Guerini y Netzer visitó hace treinta y seis años el estadio Helmántico en una semana de nieves y heladas, que provocó, como tantas otras tardes a lo largo de la historia, la aparición del hielo.

Sol y Robi disputan un balón sobre el hielo, en el encuentro UDS-R.Madrid de la temporada 75-76

Hielo posado donde siempre, bajo la sombra perenne de esa cara norte que es el fondo sur de nuestro estadio, donde si el termómetro duerme bajo cero noche tras noche, el blanco esconde al verde y los jugadores cambian de botas en el descanso.

Once que presentó la UDS aquella tarde de diciembre de 1975 frente al Real Madrid. En segundo plano, la escarcha cubre la zona del área del fondo sur del estadio Helmántico.

Siempre pensé que el curtirse en el sufrimiento de seguir a un club bajo las heladas, los alientos blancos y el frio, serviría en algún momento para algo, hoy desde aquí, lejos de mi grada vieja, se que sí, que me sirvió para querer aún más a unos colores, y darme cuenta hoy de la indisoluble unión que logré con ellos a pesar de la distancia…

El frío, sin duda, curte y une; por eso, en vísperas de guantes, vahos, gorros, dobles bufandas, hielos y escarchas; esas que cubrirán el césped del fondo sur como todos los inviernos; y cuando la soledad del hielo puede ser este año más grande que nunca, por la adversidad deportiva e institucional que nos rodea, quiero pensar que quedan muchos inviernos que vivir con mi UDS, y que año tras año volveré a ver el manto blanco en el césped de fondo Sur y que miraré hacia atrás y estaremos juntos los mismos de siempre, aquellos que estaban el día que jugó el Madrid en el hielo en el 75, pero que también estuvieron y no abandonaron en el 86, en el 87 y en el 93 o en el 94, cuando no jugaban ni el Madrid ni el Barcelona en el Helmántico, aquellos que se quitaron alguna vez los guantes para aplaudir bajo el frio salmantino en gradas de tres mil justitos, y que compartieron su frío y su Unión con el hielo; aquellos que estarán este invierno, como todos los inviernos, pisando la escarcha del año más duro que se recuerda, la misma escarcha que cubrió el fondo sur aquel domingo de diciembre de 1975, en primera, y que pisaba Jorge D’Alessandro y que es sin duda el mejor baremador del unionismo.

2 comentarios:

  1. Tremendas fotos, fantásticas de nuevo

    ResponderEliminar
  2. Buen post como siempre! Mñana pasaremos frio de nuevo aunque confiemos en ganar a los vecinos, por plantilla, por historia, por muchas cosas mas y si cabe por algo de suerte, también. Hala Unión!

    ResponderEliminar