En tiempo de Eurocopa, y encontrando inspiración en las retransmisiones de Don Paco Grande y Don Carlos Marañón; que mientras rueda el balón entre nombres impronunciables centroeuropeos, pueblan de referencias históricas acertadas y recuerdan en sus comentarios, épocas de equipos grandes de tiempos grandes que ya no existen, me apeteció volver a escribir:
Existen pocos lazos que puedan unir una Eurocopa con los 90 años de historia de la Unión Deportiva Salamanca; pocos son los internacionales que pasaron por la Unión y jugaron estos torneos, y es difícil encontrar enfrentamientos frecuentes con clubes continentales, dada la orfandad en participación en competición continental de los blanquinegros.
Si acaso a partir de los 70,
donde el concurso en torneos veraniegos multiculturales era un hecho y llenamos
vitrinas de participaciones recordables, frente a equipos en gira, tanto europeos como
sudamericanos, para la historia.
Pero cuando el reloj se echa más
hacia atrás y las manecillas alcanzan fechas absolutamente olvidadas, donde el
blanco y el negro del papel ya amarillea… aparecen historias que merecen la
pena ser recordadas.
En 1935, la Unión militaba en
categoría regional, formando parte del grupo Castellano en el que compartió
enfrentamientos con los clásicos clubes madrileños de la época.
Año para recordar, probablemente
la mejor temporada hasta aquel momento, de la corta historia del club charro
fundado en 1923, en la que logró el título de campeón regional por delante de
la Ferroviaria y el Áncora; y que le dio derecho a participar en la Copa de La
República por 1ª vez en su historia y a luchar por su primer ascenso a segunda
división en una posterior promoción directa con el campeón del grupo Cántabro,
que fue el Santoña.
Entre la conclusión del
campeonato regional y el inicio de la promoción a 2ª, cuando ya matemáticamente
el equipo era campeón a falta de una jornada; y como homenaje a aquellos hombres
que habían hecho disfrutar tanto a la afición a lo largo de aquel campeonato,
por parte de la directiva, surgió la posibilidad de jugar un partido amistoso
para el recuerdo.
En la Nochevieja de 1935 un
equipo húngaro, el Szeged FC, descansaba en Madrid para enfrentarse al Madrid
CF la mañana del 1 de Enero del 36, en el homenaje al histórico capitán blanco
Félix Quesada.
No era infrecuente en la época
que los clubes que visitaban nuestro país aprovecharan su estancia para jugar algún
amistoso más, así que la buena gestión de la directiva dio pie a que el día de
Reyes del 36, Salamanca albergara un encuentro internacional nunca visto antes
por el Tormes, favorecido por la visita húngara al campo de Chamartín.
Si ponemos en contexto el fútbol
mundial de la época y el equipo que nos visitaba, es innegable no evidenciar
que hablar de Hungría y de Centroeuropa en el periodo entreguerras era hablar
de potencias mundiales del fútbol.
Finalistas en la Copa del mundo
del 38, sólo el inestable mapa político europeo de la época y el infortunio;
dejaron sin trofeo a generaciones de leyenda del fútbol magiar; una de ellas la
que visitó Salamanca en el 36.
El Szeged CF habitual en la
máxima categoría húngara en aquellos años y participante en la Copa Mitropa la
temporada anterior (Copa de Europa Central, precursora de la Copa de Europa, en
la que medían sus fuerzas equipos de Italia, Austria, Checoslovaquia y Hungría,
máximas potencias europeas de aquellas décadas), se presentó con un bloque de
jugadores magiares entre los que destacaban cinco internacionales: Koranyi II,
Bognarw, Itsvan Miklosl, Somogyi y su guardameta József Pálinkás integrante del
bloque mundialista subcampeón en Francia ’38.
Para la ciudad fue un hito histórico, evento deportivo incomparable el recibir al equipo centroeuropeo que compartió recepción con el equipo salmantino en el Ayuntamiento de Salamanca de manos del Señor alcalde Don Miguel Íscar Peyra.
A las tres de la tarde del 6 de Enero de 1936, se disputó en día desapacible el histórico encuentro; con buen ambiente en las gradas para recibir al campeón regional castellano.
De celeste y blanco, la Unión (indumentaria habitual en tiempos preguerra) y rojo con pantalón blanco los húngaros, se presentaron ambos conjuntos en sus formaciones: Joven, Solás, Pepín, Muñiz, Jimeno, Pedrín, Manolo, Gil Cacho, Sánchez, Perete y Leal en los charros; y Palinkas, Miklossy, Izojka, Raffai, Gyurcso, Somogki, Bertok, Iröregi, Koranyi, Bognar y Vastag por los húngaros. Pruden y Carrillo sustituyeron a Sánchez y Muñiz en el descanso.
Arbitrados por los colegiados Sres. García Crespo, Alonso y Carrillo; regalaron los veintidós jugadores un hermoso espectáculo, en el que según las crónicas rivalizaron el fútbol más combinativo del club centroeuropeo, con el más directo de los unionistas, que se marcharon con ventaja al descanso por dos tantos a uno, anotados por Gil Cacho y Sánchez.
Gran actuación de los dos guardametas, estrellas en las crónicas del partido, junto a Gil Cacho y Pruden, con sendos dobletes para los salmantinos. Concluyendo el encuentro con un 5-3 a favor de los españoles.
Y así dejo por aquí este artículo, historia de la desaparecida Unión Deportiva Salamanca, e inspirado por aquellos que nos entretienen con historias de la historia del deporte que más nos gusta; por su rigor y el conocimiento del ayer, que desde el hoy en forma de Eurocopa, me sigue llevando a ella, rodeada de equipos grandes, en tiempos grandes, envuelta en nombres de jugadores impronunciables.
#LaHistoriaNoSeCompra
Fuentes:El Adelnato de Salamanca
Hemeroteca de Madrid
Fotos Almaraz
No hay comentarios:
Publicar un comentario