Todo empezó allá por mediados de los ochenta, cuando ya con mi uso de razón capaz de hacerme dudar sobre las cosas y en ese afán de releer los volúmenes de los libros de Gil Pérez cada verano, mis ojos me llevaron con insistencia a una página, la número 110 del segundo volumen, aquel que resumía la temporada 74-75.
En ella, se referenciaba en números y acompañada de una imagen clásica de la bibliografía unionista, el gran debut en 1ª de una defensa y un guardameta irrepetibles.
Imagen histórica de la defensa menos goleada de la 1ª división en la temporada 74-75, la del debut de la Unión en 1ª división.
Un equipo recién ascendido a primera división lograba ser el equipo menos goleado de la categoría al recibir únicamente 29 goles en las 34 jornadas disputadas.
Inconmensurable Jorge D'Alessandro en su debut en España en la portería, disputando además todos los partidos (34), junto a los Iglesias (34), Rezza (33), Lanchas (30), Huerta (29), Juanjo (18), Rodri (9), Bustillo (5), Aguirre Suárez (3)...
La pregunta entonces me surgió sencilla y mi padre, quién si no, fue el objetivo:
- Papá, con estos números: todos los partidos jugados y defensa menos goleada de 1ª ¿Cómo es posible que D'Alessandro, no ganase el trofeo Zamora aquella temporada?
- No lo sé muy bien, hijo. Creo recordar que fue por algo de las reglas del trofeo del diario MARCA.
Eran los 80, hablamos de años donde el acceso a la información era escasa, lógicamente con internet ni en proyecto, sólo uno podía apoyarse en referencias físicas de difícil acceso para un menor como era yo por aquel entonces, para explicar aquella polémica.
Guardado en mi memoria muchos años, y escrito en viejos folios hasta que empecé a escribir el Blog allá por 2010, en Febrero del año siguiente, 2011, di forma y letra, a una reivindicación que no sólo tuvo que ver con un trofeo Zamora como aquel de la 74-75 que os comentaba, sino también con el de la 76-77, como defendí en este texto del blog en aquellas fechas: Los Zamoras del 75 y 77. Reivindicación legítima.
A parte de en el anterior enlace, lo transcribo íntegro como sigue, aquí, para que ustedes se sitúen:
"En un equipo como la Unión, huérfano de títulos y trofeos importantes, reclamar algo que pudo ser y que debería ser nuestro es algo más que una simple anécdota.
Desde la temporada 58/59 el diario MARCA galardona con el Trofeo Zamora al portero menos goleado de primera división de cada temporada. La constante variación en la reglamentación de este torneo y la incongruente aplicación de unas reglas que se han modificado en momentos concretos, perjudicó sobremanera a la U.D.Salamanca y a su principal baluarte bajo los palos, Jorge D’Alessandro en dos ocasiones.
En la temporada 74-75, en la que Sadurní (portero del FC Barcelona) fue el ganador, las reglas imperantes para ganar el trofeo, en una liga de 18 equipos participantes, permitían acceder al título al portero que con menor cociente de goles encajados por partido, superara los 22 partidos jugados.
Sadurní con 24 partidos y 19 goles encajados (cociente 0,79) fue el ganador del Trofeo y Jorge D’Alessandro fue segundo, a pesar de realizar un pleno de partidos, 34 encuentros jugados y 29 goles encajados, lo que suponía un cociente de 0,85 goles encajados por partido.
Sadurní se convirtió así, en el portero que desde 1968 (liga de 16 equipos) ganaba el trofeo con menos partidos disputados (¡¡24!!)… ¡¡D'Alessandro jugó diez más!!
El diario MARCA por este motivo, entre otros, en la temporada 83-84 (temporada en la que todavía había 18 equipos en primera, como en la 74-75) decidió ampliar la necesidad de contabilizar al menos 28 encuentros para poder ganar el trofeo Zamora… de esta manera, si las reglas del 83, (más coherentes que las del 75), hubieran sido las vigentes en aquel entonces, Sadurní no hubiera alcanzado los 28 partidos computados y hubiera sido D’Alessandro con toda justicia el ganador de un trofeo, que hubiera alzado con un pleno de partidos disputados, ya que disputó todos los minutos de la liga.
Por otro lado, en la temporada 1976-77, Miguel Reina (portero del Atlético de Madrid en aquel entonces) fue el galardonado por el diario MARCA, con el trofeo Zamora.
Jorge D’Alessandro se quedó en segunda posición a una sola milésima del cancerbero rojiblanco.
Todo esto sucedió con las reglas del trofeo de 1977, las que estuvieron vigentes entre 1964 y 1983, en las que el portero campeón debía jugar al menos 22 partidos en la competición de liga, pero sin especificar nada de los minutos que debía cumplir en cada partido dicho guardameta, para computar ese partido como válido, a parte de no quedar claro, en caso de empate, qué cantidad de decimales eran necesarios para tal fin.
Así, Miguel Reina, defendiendo los colores del Atlético de Madrid en la 76-77 participó en 30 partidos (en 29 jugó los 90 minutos y en uno, sólo jugó 55) y encajó 29 goles. Así, según las reglas del momento el diario MARCA computó 30 partidos jugados y 29 goles encajados lo que suponía un cociente de 0,966 goles encajados por partido.
Del mismo modo esa misma temporada Jorge D’Alessandro participó en 31 partidos de los 34 totales, jugando los 31 de forma completa y encajando 30 goles. Así, según las reglas MARCA vigentes en el 77 sería un cociente de 0,967, por encajar 30 goles en 31 partidos computados.
Por esta diferencia tan ínfima perdió D’Alessandro el trofeo Zamora de aquella histórica temporada…
Hoy MARCA en su reglamentación expone, reglamentación adaptada posteriormente al primer reglamento claro, el de 1983:
"El ganador del trofeo será el portero que tenga el menor cociente, obtenido hasta la segunda cifra decimal (centésimas), resultante de dividir los goles recibidos en toda la liga (incluidos los de partidos no computables) entre el total de partidos computables. Entendiendo como partido computable, aquel en los que el guardameta juegue un mínimo de 60 minutos"
Así el diario reflexionando sobre sus propias reglas e intentando evitar posibles injusticias que se producirían si algún partido de los computados correspondiese a partidos incompletos con pocos minutos disputados por parte de algún guardameta, decidió, a partir de la temporada 83-84, considerar que sólo computarían como jugados, aquellos partidos en los que el cancerbero disputase como mínimo 60 minutos.
Esto, que empezó a aplicarse a partir de la temporada 83-84, no tuvo efecto retroactivo, porque si en 1977 las reglas hubieran sido las del 83 o las actuales… el nombre del Trofeo Zamora de la 76-77 hubiera sido otro.
Según estos cambios, en aquella 76-77 Miguel Reina sólo hubiera computado 29 partidos jugados, y no 30, pues en el último partido de liga sólo disputó 55 minutos, así que no contaría como válido al no alcanzar los 60 minutos, que se valoraban en la nueva norma; pero por contra sí sumaría en goles encajados los tres que recibió en aquel partido que por minutos no le hubiera computado.
Por tanto serían 29 goles encajados pero en 29 partidos computados y no 30, para Miguel Reina, que corresponderían a un cociente de 1 gol encajado por partido.
Por otra parte el cociente de Jorge D’Alessandro no se vería afectado por la nueva reglamentación pues el argentino disputó los 31 partidos computados completos y se quedaría en los 0,967 goles encajados por partido.
Siendo con la reglamentación del 83 el ganador del Trofeo Zamora de la 76-77.
Para más inri no sólo alcanzaría el trofeo por esa vía de los partidos no computables, si no que aún obviando la misma, y si sólo nos fijamos en los decimales, el trofeo también debería ser suyo, pues según la nueva reglamentación de 1983, sobre el empate en el primer decimal, vencería por haber jugado más partidos que Don Miguel Reina. No lo digo yo, lo dice el propio diario Marca.
Dos trofeos Zamora, que hubieran sido charros, que hubieran ido a las vitrinas de Jorge D’Alessandro y por tanto a las vitrinas de la UD.Salamanca, y que las irregulares e injustas reglas del trofeo, en aquellos años, hicieron que no se premiase al portero que de verdad, por número de partidos, minutos y goles encajados; lo hubiera merecido, para ocupar así un doble hueco en el palmarés, al lado de guardametas memorables que sí lo tienen en sus vitrinas.
Reivindicación legítima y olvidada por parte del Unionismo… que desde este modesto blog rescato, abriendo debate y reivindicando a Jorge D’Alessandro como ganador o co-ganador en su defecto, del trofeo Zamora de las temporadas 74-75 y 76-77".
Así, de este modo, como os he transcrito hasta aquí, me manifestaba en Febrero de 2011, hace más de 8 años.
También así, se manifestaban aficionados allá por 1975 en MARCA, con motivo del primer Zamora expuesto, no es algo nuevo, ya ven, y sería justo:
Recorte del diario MARCA del 30/5/1975
Hoy, tanto tiempo después sigo manifestando lo mismo y más si cabe, porque pienso que la ausencia de la Unión merece un cambió de intensidad en la propuesta, en la solicitud, y pasar de lo que en aquel momento, con la UDS todavía disputando partidos, fue una reivindicación romántica de un aficionado sobre la historia de un club que seguía peleando por logros deportivos; pasar hoy, a una reivindicación necesaria, histórica, justa, que siento debería ser tenida en cuenta por el prestigioso diario madrileño.
Simplemente por justicia moral, por lo que expliqué y explicaré a continuación, incluso llevándolo más allá, y que la consecución de esta reivindicación sirviera como recuerdo, como homenaje incomparable a un equipo, a una entidad que ya no volverá a jugar más, y suponer ambos títulos, en este momento, en el hoy, la inmortalidad en los registros históricos de la 1ª división de nuestro fútbol.
No se me ocurre además, mejor momento que en el año del 90 aniversario de la liga para hacerlo, MARCA.
Y puedo entender que una propuesta semejante, relativa a una modificación histórica, que no pide ni mucho menos "rearbitar" ni modificar los ganadores, sino sólo en justicia, ampliar los mismos... de inicio, reciba el silencio por respuesta, pero para eso están los números y una exhaustiva revisión de sus trofeos, para con argumentos y referencias históricas de hemeroteca, dejar claro que no es un capricho del que os escribe, sino una reivindicación de justicia moral lógica, y necesaria.
Recorte del Diario MARCA 7/2/1959 donde presenta el Trofeo Zamora.
Una vez revisados por el que os escribe todos los
Trofeos Zamora, desde su creación (temporada 58-59), hasta 1983, año del primer
reglamento completo publicado y clarificador del funcionamiento del mismo,
podemos exponer sobre 4 puntos principales el siguiente análisis:
1) Destacar la
pobre e irregular estructura reglamentaria del trofeo Zamora hasta esa fecha
(1983):
·
Entre las temporadas 1958-59 y 1970-71 (Ciclo A), se compite
por él en ligas de 16 conjuntos, con la necesidad de jugar un mínimo de 15
partidos RECORTE 1 entre las temporadas 1958-59 y 1963-64, y un mínimo de 22
partidos RECORTE 2 entre las campañas 1964-65 y 1970-71, valorando para la
victoria el coeficiente entre goles encajados y partidos jugados.
No se contemplan
criterios de desempate con el cociente, ni hasta qué decimal del mismo valorar (no
consta en el diario) y no hay necesidad de jugar un mínimo de minutos por
encuentro para que este sea computado.
·
Entre las temporadas 1971-72 y 1986-87 (Ciclo B), se compite
por él en ligas de 18 conjuntos, con la necesidad de jugar un mínimo de 22
partidos entre las temporadas 1971-72 y 1982-83, y un mínimo de 28 partidos entre las campañas 1983-84 y
1986-87, valorando para la victoria el coeficiente entre goles encajados y
partidos jugados.
Se contemplan sólo
desde la 1983-84 y por escrito en el diario RECORTE 3, criterios de desempate
sobre el primer decimal del cociente y un mínimo de 60 minutos por partido para
que este sea computable.
RECORTE 1: Diario MARCA. 7/2/1959
RECORTE 3: Diario MARCA. 7/5/1983
Sin referencia
escrita en el diario y por deducción tras analizar los ganadores del Trofeo
tras empate de coeficiente (hasta primera fracción decimal), anteriormente a
1983 y desde 1959, el diario MARCA parece que tomó como criterios de desempate,
en caso de igualdad de cociente hasta la fracción decimal, el número de menos
goles absolutos encajados por el guardameta para otorgar el trofeo al ganador.
Es decir, si dos
guardametas igualaban en cociente hasta el primer decimal, ganaba el trofeo el
que hubiera encajado menos goles absolutos.
Fueron los casos
de los empates entre:
o
Rodri (0,60) y Abelardo (0,63) en la 70-71.
o
Reina (0,96) y D’Alessandro (0,96) en la 76-77.
o
Manzanedo (1,04), Amador (1,00), Arconada (1,05)
y Urruti (1,06) en la 78-79.
Interpreto
esto porque si en vez de este criterio, se hubiera tenido en cuenta un segundo
decimal y no sólo el primero para el desempate, el ganador se hubiera
modificado en uno de los casos, en favor de Amador (1,00) en la 78-79.
Por el contrario,
sí parece que fue el segundo decimal el que otorgó el Zamora 82-83 a Agustín (0,75), en su empate con Castro
(0,77) y Arconada (0,79) en el primer
decimal de la temporada 82-83, pues si sólo se hubiera tenido en cuenta este,
Castro hubiera sido el vencedor al tener menor número absoluto de goles encajados
(17), frente a los 22 y 27 de Agustín y Arconada respectivamente.
En resumen, no
queda claro el empleo de los decimales hasta 1983, cosa que llama la atención y
queda de manifiesto en las dudas sobre estos supuestos expuestos, en los que
hubo tanta igualdad.
Con fecha 7 de
Mayo de 1983RECORTE 3 y para entrar en vigor en la temporada 83-84,
MARCA lo clarifica y acaba con esta duda, dándolo a conocer en las páginas de
su diario en forma de reglamento RECORTE 3; quedando pues, para las
ediciones anteriores hasta 1959, la duda del criterio de desempate decimal y
teniendo que llegar a la deducción por mi parte, para intentar comprenderlo hasta esa fecha (Quizá MARCA hoy, pudiera aclararlo, sería interesante).
Años más tarde y
con motivo de la última polémica acaecida en el Trofeo Zamora, aquella de 1993 en
el que el trofeo fue otorgado a Ablanedo y Cañizares al empatar estos en los
dos primeros decimales (0,83), MARCA confirmaba, como dedujimos antes, que las
centésimas no habían sido un recurso para deshacer empates hasta aquel
momento, (¿Salvo la 82-83?) expresándolo de la siguiente forma:
“Porque en MARCA no podemos ignorar que el
uso de las centésimas no ha sido un recurso para resolver el empate en las
décimas” RECORTE 4
A partir de esta
polémica en la que se llegó a mirar la milésima; cabe destacar que MARCA hoy
habla de llegar a valorar hasta la centésima inicialmente, algo que aparece en
todas y cada una de las guías MARCA donde desde el año 2003 se expone el reglamento del Trofeo cada año, con algunas variaciones, como la de la centésima, sobre el de 1983 RECORTE 3.
RECORTE 4: Diario MARCA 22/6/1993
2) Que
el reglamento se modificó, en lo que se refiere al número de partidos mínimos a
disputar por un guardameta y sí se dio a conocer por escrito en el diario, pero con la
irregularidad de que lo hizo una vez iniciados cada uno de los ciclos, (Ciclo A de ligas de 16 conjuntos y ciclo B de ligas de 18 equipos)
antes definidos, con lo que podemos exponer que:
·
Existió un agravio comparativo (se cambiaron las
reglas a mitad de partida) con aquellos trofeos que tuvieron que ver con ligas,
primero de 16 equipos (58-59 hasta 70-71) y luego de 18 conjuntos (71-72 hasta
86-87), en las que a mitad de dichos ciclos, se amplió la necesidad de cumplir con
un mayor número de partidos para acceder al Trofeo, algo que ha demostrado ser
más justo siempre, alterándose el equilibrio del reglamento con los ciclos ya
comenzados y perjudicando a los guardametas participantes en las temporadas con
menor número de partidos a computar de cada uno de los mismos, A y B:
Así en el
ciclo A, de ligas de 16 equipos salió beneficiado el ganador de la edición
63-64, Vicente Train, portero del Real Madrid (15 partidos jugados y 10 goles
encajados) y perjudicado Manuel Pazos, portero del Elche, (25 partidos jugados y 21 encajados),
si nos atenemos a que todas las temporadas del ciclo A deberían haber tenido un
umbral mínimo de 22 encuentros disputados y no sólo parte de ellas, para así
homogeneizar el reglamento de todo el ciclo.
Tal es así el
caso, que el propio diario MARCA en edición del día 12 de Marzo del 67,
revisando los Zamoras anteriores a esa fecha, y a raíz de la victoria en el Trofeo de
Vicente en la temporada 63-64 habiendo sólo jugado el mínimo de 15 partidos
estipulados (en aquel momento 15 era la mitad de jornadas de la liga, que era
de 30 partidos), manifestaba y transcribo RECORTE 2, lo siguiente:
“En la temporada 63-64, Vicente, aunque
batido muy pocas veces -10-, jugó sólo el mínimo de los partidos exigidos, es
decir, quince. Planteóse el problema del valor relativo del cociente
goles-partidos. ¿Qué valía más? Diez goles en quince encuentros o, pongamos por
caso, ¿doce goles en veinte? Fue entonces cuando con acertado criterio
valorizador del concepto regularidad, el jurado modificó las condiciones del
trofeo, en el sentido de exigir un mínimo, no de quince, sino de veintidós
partidos jugados. Esto es, redondeando, las tres cuartas partes de la liga”. RECORTE
2
Pero no se aplicó, injustamente, con carácter retroactivo.
RECORTE 2: Diario MARCA 12/3/1967
Del mismo modo
y años más tarde, en el ciclo B, en el que con ligas de 18 conjuntos se debía jugar
un mínimo de 22 partidos entre 1971-72 y 1982-83, pasándose a 28 partidos sólo
entre 1983-84 y 1986-87, salieron beneficiados los ganadores de las ediciones
74-75 y 78-79, Sadurní y Manzanedo respectivamente, al disputar 24 partidos
computables ambos, en detrimento de los 34 y 29 que disputaron D’Alessandro y
Amador, si nos atenemos a que todas las temporadas del ciclo B, para ser
justos, deberían haber tenido un umbral mínimo de 28 encuentros disputados y no
sólo una parte de ellas.
Polémica llevada a páginas del diario
MARCA en palabras de Reina, cuando en la edición del 27 de Enero de 1973, ya
reflexionaba sobre la necesidad de subir el listón de encuentros mínimos a computar, al haberse ampliado la liga a 18 equipos un año y medio antes, e incluso hablaba de premiar
a aquellos que hicieran un pleno de participaciones. Esta modificación no se
hizo efectiva en aquellas fechas que pedía Reina, sino 10 años después. Así lo
expresaba RECORTE 5:
“Considero
que MARCA debe ampliar a veinticuatro o veinticinco el número de encuentros indispensables para conseguir alcanzarlo, desde
el momento en que la Liga ha sido ampliada en cuatro partidos desde la pasada temporada. Por otro lado, me parece que lo justo sería
cotizar el número máximo de encuentros, ya
que al limitar en veintidós o veinticuatro puede producirse engañosamente por el cociente el ganador, en
perjuicio de porteros que hayan disputado los treinta y cuatro partidos”. RECORTE
5
RECORTE 5: Diario MARCA 27/1/73
3) Que
también es reseñable la injusticia reglamentaria de no haber filtrado por la
cantidad de minutos jugados los partidos computables de cada uno de los
porteros hasta 1983.
Desde 1959 hasta
ese año cualquier participación de algún minuto en cualquier partido sumaba
como partido válido, con el agravio comparativo para todos aquellos guardametas
que entre 1959 y 1983, habían jugado la mayoría de los minutos en sus partidos.
Así y a pesar de
esta circunstancia, si revisamos todos los trofeos desde 1959 a 1983, momento
de instauración de la norma RECORTE 3, sólo un guardameta fue
perjudicado por ello:
Jorge
D’Alessandro en su subcampoenato con Reina de la 76-77, en el que disputando 31
partidos y encajando 30 goles, hubiera mejorado en coeficiente al cordobés que
encajó 29 en 29 partidos computables, y no en 30 partidos computados sin límite
de minutos jugados como se hizo según la reglamentación vigente de MARCA en
aquella edición.
4) Y
última: Puede ser lógico, a bote pronto, entender que lo pasado, pasado está y que el
reglamento fue el que regía en cada temporada antes de iniciarse la misma.
Pero para
rebatir esta posición inicial de MARCA, se debe recordar la existencia de dos
temporadas sin posibilidad de deducción "reglamentaria" ni lógica alguna, en lo que tiene que ver con la consecución de
uno de sus trofeos.
Temporadas que
ponen en duda esa imposibilidad de modificación desde el hoy y que ponen en duda ese hermetismo del no poder hacer justicia hacia el pasado con reivindicaciones en el presente.
Reivindicaciones justas, que se exponen en este texto,
ya que en estos dos ejemplos se pone a las claras que la dirección de MARCA, sí
lo creyó conveniente en otros momentos.
Hablamos de las dos
únicas temporadas en las que previas a 1983, hay dos vencedores del trofeo sin existir un empate entre ellos.
¿Por qué?, ¿Cómo se explica MARCA?...
En las mismas, MARCA,
decide por cuenta de su dirección “modificar” el reglamento para otorgar uno de
los trofeos:
·
Temporada 1970-71:
MARCA otorga dos
Zamoras, uno a Rodri, portero del At. de Madrid y otro a Abelardo guardameta del Valencia CF.
Fue una temporada
en 1ª división de 16 equipos, con necesidad para los guardametas de participar
en un mínimo de 22 encuentros.
Al final de los
mismos, Rodri sumó 17 goles encajados en 28 encuentros, lo que resultó un
cociente de 0,6071; por otro lado Abelardo sumó 19 goles encajados en 30
partidos disputados, resultando su cociente de 0,6333.
El ganador
debería ser únicamente Rodri por coeficiente de primer decimal mas el hecho de
haber sido el menos goleado en cifras absolutas, si sólo se tuvo en cuenta la
primera fracción decimal.
MARCA, en la edición
del 19 de Abril de 1971, justifica los dos trofeos de este modo RECORTE 6:
“En la meta como en el Pichichi, también se
da esta circunstancia y tenemos dos vencedores: Abelardo, que ha jugado los 30 partidos
y ha hecho posible, que el Valencia fuera, entre todos, el equipo menos goleado
(19), y Rodri, que ha sido el que ha conseguido mejor promedio (0,607 por
partido), pues en 28 actuaciones sólo recibió 17 tantos”.
RECORTE 6: Extraído del Diario MARCA del 19/4/1971
Es decir,
Abelardo, fuera del reglamento, es premiado con el Zamora por completar la
totalidad de encuentros de la liga (30) y ser el guardameta del equipo menos
goleado de la temporada (19) RECORTE 6.
Desde 1959 hasta hoy, sólo dos guardametas han conseguido jugar la totalidad de encuentros disputados en una temporada formando parte del equipo menos goleado en solitario de la liga de 1ª división y no ser trofeo Zamora por coeficiente:
El primero fue Abelardo, del Valencia CF y MARCA, se lo dio... el segundo fue Don Jorge D’Alessandro en la 74-75, y el argentino no obtuvo galardón. ¿Es esta suficiente razón de peso, MARCA?...
· Temporada 72-73:
Marca otorga dos Zamoras, uno a
Reina portero del F.C. Barcelona y otro a García Remón guardameta del Real Madrid.
Temporada en 1ª
división de 18 equipos, con necesidad para los guardametas de participar en un
mínimo de 22 encuentros.
Al final de los
mismos Reina suma 21 goles encajados en 34 encuentros, lo que resulta un
cociente de 0,6176; por otro lado García Remón suma 20 goles encajados en 27
partidos disputados, resultando su cociente de 0,7407.
Como dicen los
números, más de una décima de diferencia, el ganador debería ser únicamente
Reina por coeficiente, no habría ni remota posibilidad de empate pero...
Sorprendentemente
MARCA, en la edición del 21 de Mayo de 1973 RECORTE 7, justifica los
dos trofeos Zamora de este modo:
“Dentro
del requisito que preside el Trofeo Zamora de un mínimo de veintidós encuentros
jugados, se pretende premiar al portero menos goleado y, en consecuencia, al
que obtenga mejor promedio gol-partido. Reina, el guardameta del Barcelona, ha actuado en todos los
partidos de la temporada (34) y ha encajado veintiún goles. Su marca se
ve superada por García Remón, del Real Madrid, con un total de veinte goles.
Pero el madridista ha actuado en 27.
El promedio del cancerbero azulgrana es de
0,61 goles por partido y el del guardameta blanco de 0,74, notablemente
inferior. Así, pues, el Trofeo Zamora 1973 es para Reina y para García Remón
como premio al mejor promedio y al mínimo de tantos”.
RECORTE 7: 21/5/1973 extraído del diario MARCA
Por si no fuera
suficiente, para justificar este Trofeo Zamora fuera del reglamento a García
Remón, el 24 de Mayo de 1973 RECORTE 8, tres días después del
anterior texto, en entrevista a toda página al guardameta blanco, MARCA hace la
siguiente entradilla a la misma:
“El Trofeo Ricardo Zamora que premia todos
los años (y ya desde hace bastantes) la actuación en la temporada liguera del
portero menos goleado, ha tenido en la actual dos merecidos vencedores.
Si el barcelonista Reina, jugando todos los
partidos de la temporada
(34) ha encajado veintiún goles, lo que
representa un promedio de 0,61 tantos por encuentro, el madridista García
Remón, no le ha andado a la zaga, pues tras haber Jugado, eso sí, siete
partidos menos —27—, le ha superado en esa mejor minoría —valga la
redundancia—de goles encajados, al recibir en ellos, sólo veinte. Su promedio desde luego -0’74 tantos por encuentro— es ya netamente
inferior al de su rival, pero el hecho real es que durante su estancia bajo los
palos en la Liga ya finalizada, una ocasión menos que su colega tuvo que recoger
el balón desde el fondo de la portería”.
RECORTE 8: Diario MARCA 24/5/1973
En
fin, así, y sí, han leído bien, en 1973, MARCA se salta su reglamento y obvia
toda una historia desde 1959 de coeficientes como valoradores justos de su
propio trofeo.
Si como en esta temporada, en el resto se hubieran ampliado
trofeos al menos goleado en cifras absolutas, sin tener en cuenta al cociente,
la lista se ampliaría mucho y lógicamente perdería su sentido de premiar la
regularidad, que es el fin en esencia del mismo trofeo.
¿Por
qué se hizo en este caso, MARCA?
Si
la excusa para no actualizar a ganadores, como se reivindica desde aquí hoy, es
la imposibilidad de modificación de unas reglas de otro tiempo aplicadas en su
momento, aquí queda claro que en 1971 y 1973 se las saltaron. No hay excusa,
MARCA.
Buceando
un poco más e intentando encontrar alguna explicación mejor del propio periódico en
sus páginas sobre estos dobles títulos fuera del reglamento, uno llega a
encontrar frases tan "curiosas" como la del 22 de Abril de 1985, cuando MARCA alude
a su palmarés, y en concreto al doblete de la temporada 70-71 como RECORTE
9:
“Antiguamente se daban dos premios si era
necesario. Uno al guardameta menos goleado y otro al mejor cociente.”
Curiosamente, algo que hace referencia a la temporada 70-71, cuando esa no fue la razón del Zamora a Abelardo, como hemos visto, sino la razón del Trofeo 72-73 de García Remón que ni siquiera aparece reflejado. Parece que MARCA, en ocasiones, no ha tenido claro ni la razón de sus propios ganadores.
RECORTE 9: Extraído del MARCA del día 22/4/1985
Pues eso, parafraseando a MARCA y casi concluyendo: "Háganlo necesario otra vez".
CONCLUSIONES FINALES:
Si desde la temporada 1958-59, primera edición del trofeo, las temporadas de 16 equipos hubieran
exigido todas un mínimo de 22 partidos disputados y las temporadas de 18
equipos hubieran exigido todas un mínimo de 28 partidos disputados, habría de
ampliarse los ganadores en estos casos exclusivamente:
·
63-64: Vicente y Pazos.
·
74-75: Sadurní y D’Alessandro.
·
78-79: Manzanedo y Amador.
Si desde la temporada 1958-59, primera edición del trofeo, se hubiera establecido el requisito de ser
únicamente computables los partidos de cada guardameta donde hubiera jugado un
mínimo de 60 minutos, habría de ampliarse los ganadores en estos casos
exclusivamente:
·
76-77: Reina y D’Alessandro.
No es necesario rearbitrar la
historia, no se trata de cambiar ni sustituir ganadores, sino de ampliar, ya
se hizo en más ocasiones y la dirección de MARCA puede y debe hacerlo.
Tal y como se refleja en el amplio texto, no sólo por la homogeinización de criterios reglamentarios justos, sino en el caso de Don Jorge D'Alessandro también porque se entregaron trofeos Zamora fuera del reglamento, como en la 70-71, a criterio
de la propia dirección de MARCA, en similares circunstancias a las realizadas por el portero argentino en la 74-75.
Caricatura de Argi Ruano de la defensa menos goleada de la liga de la temporada 74-75
Quizá sea un grito en el desierto. Quizá sea sólo el reclamo loco de un aficionado huérfano de su club de fútbol y enamorado de su historia... pero aquí os lo dejo, espero que algún día, ojalá pronto, el que sea, MARCA reconozca a Jorge D'Alessandro y a aquel equipo irrepetible como ganadores de dos trofeos que colmarían, seis años después de su desaparición, mi vida y su historia.
FUENTES:
Diario Marca.
Fotografía de Agustín Vega
Caricatura Argi Ruano