...recuerdos de aquel niño que leía los libros de Gil Pérez en el viejo sillón de La Vega, aquellos recortes amarillos en el armario, aquellas tardes en la fría piedra del estadio, aquellos sueños, pensamientos y deseos que tuve desde aquella grada que fue mía, DESDE MI GRADA VIEJA...

miércoles, 15 de agosto de 2018

Paseo Colón 749. Buenos Aires.



Hace menos de dos meses cerraba sus puertas un local en el Paseo Colón de Buenos Aires, el del número 749 concretamente, uno de esos cafés de los muchos que pueblan el barrio de San Telmo. 
No era un cafetín de aquellos de las zonas turísticas, reformado y adaptado para los numerosos coleccionistas de tópicos argentinos que los visitan en masa; si no uno de aquellos frecuentado por los vecinos locales e impregnado del aroma añejo del paso del tiempo, que alcanzó la inmortalidad en el momento en el que los papeles de Benjamín Expósito y Pablo Sandoval, lo llenaron de algunos de los diálogos más sublimes del cine de habla hispana de los últimos 30 años. La noticia me entristeció profundamente.

Por las mismas fechas, alguna semana después, me dio por escribir un tweet; nada que ver con aquello en principio. Fue un tweet (VER) con foto, foto de una pancarta clara, concisa, que parecía estar escrita por mi propio corazón, el mismo corazón que os venía hablando desde estas páginas de mi, de injusticia sobre el legado de la Unión y de su historia, en una misma línea desde 2013, incluso desde antes.

Y fueron tantos los mensajes recibidos, fue tan abrumador el cariño hacia mi persona y hacia la labor interrumpida de escribir sobre la desaparecida UDS que me llegaron tras el mismo, que sin remedio, me sentí descubierto.
Descubierto del mismo modo que Pablo Sandoval hizo con el asesino y su paradero en la "oscarizada" película, mientras poniéndose en pedo día tras día en aquel local, encontraba, hilando fino en su correspondencia, que su debilidad, la que le llevaría hasta él, era su ferviente y apasionada afición a Racing Club de Avellaneda. 
Para contarle después a Benjamín Expósito, en una escena de leyenda, que como en aquel tipo, la verdadera debilidad de los hombres (la mía, la de él, la de vos, la de todos) radica en aquello que verdaderamente nos apasiona.

Y así se unieron ambas historias en mi cabeza, y así entendí que yo era uno de aquellos "tipos" de los que hablaba Sandoval en el cafetín del Paseo Colón, tipos que quisieron cambiar u ocultar algunas cosas de su pasado, pero que con una no lo lograron.

Reconozco que no es fácil volver a publicar por aquí, volver a escribir; todos sabéis el motivo del dolor del que os hablo, pero también reconozco que no puedo dejar de hacerlo y vosotros me lo recordasteis.

Hay una pasión, mi pasión, la que no puedo ocultar, la que me persigue, que sigue latiendo en mi irremediablemente.
En vida fue la Unión, verla, vivirla, sentirla y ahora que ya no está, lo es escribirla y recordar su historia, su legado, y sí, desde hoy... (Gracias Don Pablo Sandoval, ¡me descubriste!), y gracias a todos, volveré a compartirla con vosotros.


"¿Te das cuenta, Benjamín? El tipo puede cambiar de todo: de cara, de casa, de familia... de novia, de religión, de Dios... pero hay una cosa que no puede cambiar, Benjamín... no puede cambiar... de pasión"
Pablo Sandoval - "El secreto de sus ojos"


FUENTES:
Foto 1: Diario Digital Junin al minuto
Foto 2: Fotograma de "El secreto de sus ojos"
Foto 3: Ángel Martín Fuentes

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El blog se reactiva de nuevo, cada día 18 de cada uno de los meses del año, un nuevo texto será colgado en el mismo. 
Gracias a todos los que me habéis animado a volver en estos últimos meses. 
Por la Unión, por su historia, por su respeto. Seguimos.
#LaHistoriaNoSeCompra


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