La temporada 74-75, fue la temporada de los estrenos. El debut en primera división, siempre supone dar el salto a la principal constelación futbolística, conocer campos, jugadores, públicos…y que te conozcan, presentar tus credenciales allá por donde pisas, y lucir el escudo del puente, toro y encina, por lugares y en circunstancias competitivas nunca antes alcanzados.
Visitar por primera vez estadios como el Calderón, el Bernabéu, el Camp Nou,…etc. para un equipo modesto en su debut en primera, siempre tiene un extra de responsabilidad…el dar la talla, el demostrar que la primera no es una casualidad, que merezco estar con vosotros, que puedo quedarme…todo ese cóctel de sensaciones se aunaron en esos partidos y en un año como aquel, hoy lejano…
A veces hay un gesto, en uno de esos partidos, bajo los ojos de aquellos públicos imponentes, que sirve para resumir una bienvenida a primera, y no me refiero a entregar una placa al inicio del choque, como muestra la primera imagen bajo estas líneas, si no a algo más profundo, algo entre profesionales, algo “de lo de dentro del campo”, como dicen ellos…un gesto.
Pirri entrega a Huerta, en los prolegómenos del choque,
la placa del Real Madrid como debutantes
en el estadio madridista.
Este gesto, sucedió con el debut de la Unión Deportiva Salamanca en el estadio Santiago Bernabéu, allá por el 16 Febrero de 1975, partido al que la Unión llegaba noveno, la revelación junto al R.Betis de los ascendidos, y un Real Madrid líder en solitario, que esperaba continuar su racha en aquella tarde de la presentación salmantina.
En uno de esos lances y tras ser Pirri, el mayor representante de la insistencia madridista en forma de disparos;…al borde del descanso y tras la tercera espectacular parada del argentino en los primeros 45 minutos; el capitán madridista, como llevado en volandas por los 80.000 que poblaban los graderíos y admirado por la grandeza de los aciertos de nuestro cancerbero, se acercó convencido, sincero y con paso firme a Don Jorge, para estrecharle la mano…en gesto de respeto, en gesto de admiración, por sus grandes intervenciones aquella tarde y refrendada su acción; por la que D’Alessandro acababa de sacar debajo del larguero tras su disparo, segundos antes…
Espectacular intervención de D’Alessandro en el debut en Chamartín
que supuso la felicitación de Pirri, capitán madridista.
Qué mejor anfitrión que Pirri, (buque insignia de nuestro fútbol en los 60-70, más de 250 partidos en primera división y más de 30 internacionalidades en aquel momento de su vida, campeón de Europa y mundialista, todo un capitán del Real Madrid y de la Selección ), el que tuviera ese gesto de caballero, con el recién llegado, con el debutante, para alargando su mano, parecer en ese guiño de deportista de los de antaño, asentir y en entrecomillada representación de toda la primera división española de aquel año, parecer decir en ese gesto, un sincero y sonoro “¡Bienvenidos a primera!”…
Pirri felicita a Jorge D’Alessandro por la mágnifica intervención que acababa de realizar
tras su disparo, ante la mirada de Ricardo Rezza en segundo plano, aquella tarde del debut en el Santiago Bernabéu en el 75.
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